El jefe coach
25 febrero, 2019
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La Fórmula del liderazgo

La fórmula del liderazgo - Liderar es amar

Conocer + Querer + Ser generoso = Liderar

Así de sencilla es la fórmula del liderazgo auténtico. Y como vas a comprobar no tiene nada que ver con cargos, títulos o jerarquías, sino con la autoridad moral.

Para liderar, primero debes servir. Esta es la auténtica paradoja, como plantea J.C. Hunter en uno de los mejores libros que se han escrito sobre liderazgo “La Paradoja. Un relato sobre la verdadera esencia de liderazgo”. 1  

Hablamos de un modelo que parte del valor de la generosidad. Algo tan obvio como que para recoger primero hay que sembrar. Algo que quizá no abunda en las organizaciones, ya que en el fondo no son más que sistemas y relaciones de colaboración, como lo es la sociedad en su conjunto.

Pero vayamos por partes. Lo primero que debes hacer es conocer a tu gente. Y eso significa “conocer a tu equipo en profundidad”, tanto a nivel personal como profesionalmente, sus puntos fuertes, sus áreas de mejora, lo que les preocupa,…

Y te preguntarás ¿Y eso cómo se consigue?.

Muy simple, dedícales más tiempo. No hace falta que sea mucho, tan sólo bastan unos cinco minutos al día para formularles preguntas, observarles o, simplemente, charlar con ellos. Olvídate de ti cinco minutos y dedica todo tu tiempo y atención al otro.

Recuerda que es muy importante no preguntarles ¿Qué tal?, y desconectar al instante pensando en la próxima tarea que debes realizar. Para y escucha. Escucha de “verdad” con los oídos, y también con el corazón, observando su lenguaje corporal, atendiendo a lo que dice y a lo que no dice y poniendo en ello todo tu interés.

Y ante todo quiérelos. Si, como lo oyes. Hablo de quererlos y apreciarles a nivel personal, ya que es imposible construir un equipo de colaboración si hay una o varias personas a las que no puedes ni ver, por más que te aporten un alto valor profesional.

No se trata de despedir de forma caprichosa al que no te cae bien, sino de construir una relación de valor en la que sientas esa reciprocidad y acabes por apreciar de verdad a todas las personas de tu equipo, algo que probablemente redundará en el aprecio entre todos los miembros del equipo entre sí, desde tu ejemplo.

Y para ello, no olvides que debes conocer y dedicarle más tiempo a aquel que más te cueste entender. Observa su “lado bueno”, apóyale sin prejuicios y siembra, confía y dale una oportunidad. De esta forma verás como no tardarás en obtener una respuesta positiva por su parte, sintiendo que amas a tu equipo y que todos son importantes para ti, aunque sepas, como es lógico, que siempre tendrás más afinidad con unos que con otros.

Sigue todos estos consejos, y si finalmente compruebas que con alguien no consigues llegar a ese nivel de confianza y aprecio, la mejor solución es que prescindas inmediatamente de él, por su bien, por el tuyo y por el de todo tu equipo.

Sólo desde el amor al otro puede florecer la plena confianza y generosidad, los auténticos valores que se esconden tras el alto rendimiento y el liderazgo coach. Es decir, el liderazgo que hace evolucionar al equipo para entregar lo mejor de sí mismos, en beneficio del conjunto.

Porque cuando tú eres generoso, sabes que si ellos brillan, tu brillarás aún mucho más.

Si a ellos les va bien, nos va bien a todos. Al equipo, a la empresa y a ti como líder.

Prepárate a realizar cambios en el estilo de trabajo habitual. Olvídate de “tú-el-trabajo-y-yo-la- medalla” y ayúdale, por ejemplo, a que se involucre al máximo en una presentación apoyándole en todo momento y dándole la oportunidad a que la presente él. De esta forma saldréis los dos ganando, el aprenderá y crecerá profesionalmente y tú aprenderás a delegar cada vez con mayor confianza, dedicando toda tu energía a la faceta de líder.

Todo esto requiere saber confiar en los demás y en la compañía, y sobretodo en uno mismo. Aprende a no tener que demostrar constantemente tu valor, a reconocer errores en público si es necesario, a no temer que mi equipo tenga más conocimientos que yo en alguna área, o simplemente, a entender que somos complementarios y que el otro no me va a cuestionar si realmente soy un buen líder. Al contrario, a todos nos gusta que escuchen nuestros consejos.

Este auténtico liderazgo coach que sabe ver la grandeza en el otro es especialmente importante para retener el talento Milenial, que sabiendo que tiene limitadas opciones de acceder a puestos directivos, opta por otras vías alternativas como son priorizar el aprendizaje constante, conciliar su vida personal y profesional o tener más tiempo para viajar.

Sabemos que las empresas son muy exigentes con sus directivos y que la fórmula del liderazgo es especialmente difícil de aplicar en cargos intermedios, llenos de tareas y reuniones y con poco tiempo para dedicar a la faceta más importante de todas, la de liderar a su equipo.

Pero eso no importa. De corazón, haz la prueba, no pierdes nada con ello. Invierte tiempo, apoyo y aprecio en tu equipo y comprobarás que muy pronto los beneficios te serán devueltos, multiplicados varias veces.

Delega más, sé mejor líder y prepárate a entrar en otra liga, la del alto rendimiento. Y comprobarás con satisfacción que ese “cambio de liderazgo” no va a pasar desapercibido en tu empresa.

No lo olvides. ¡Conócelos, quiérelos y sé generoso con tu equipo!.

No te arrepentirás.

Bibliografía

Hunter, S.C. (2005). La paradoja. Un relato sobre la verdadera esencia del liderazgo. Barcelona: Empresa Activa.

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